Frenos
El sistema de frenos es responsable de detener el vehículo, ya sea total o parcialmente, mediante la fricción entre sus piezas. Si bien todos los componentes del vehiculo y su funcionamiento correcto son esenciales para asegurar la protección del conductor, pasajeros y terceros, los frenos representan el principal mecanismo de seguridad del vehículo.
Discos:
Se encuentran en paralelo a las ruedas delanteras y, en algunos casos, también en las traseras. Al accionar el pedal de freno, las pastillas ejercen presión sobre los discos y se genera la fricción que produce el frenado.
Pastillas:
Actúan como superficie de fricción para los discos de freno. Son propensas al desgaste, lo que genera, progresivamente, que la distancia de frenado aumente. Por este motivo, es necesario chequearlas constantemente.
Cintas:
Al hacer contacto con la campana, se genera una fricción entre ambas que facilita el frenado del vehículo al detener progresivamente el movimiento giratorio de las ruedas.
Campanas:
Elemento giratorio de alta resistencia ubicado en el interior de las llantas. Su función consiste en absorber el calor que se genera al frenar las ruedas del vehículo.
Líquido de frenos:
Al presionar el pedal, el líquido comienza a fluir, transfiriendo la energía del pedal al resto de los elementos del sistema de frenos. Esto produce la presión necesaria para que los discos generen fricción contra las pastillas y detengan el movimiento de las ruedas.
Aumento de la distancia de frenado: si el sistema está en mal estado, el vehículo requerirá de mayor distancia para desacelerar o detenerse completamente.
Pedal de freno duro o “esponjoso”: que el pedal esté más duro o más blando de lo normal puede indicar la necesidad de mantenimiento del líquido de frenos. Esto se debe a que, con el tiempo, el mismo puede absorber humedad del ambiente o generar burbujas de aire que perjudican su rendimiento.
La vida útil del sistema de frenos y sus componentes depende de cada vehículo, de sus recomendaciones de fábrica y, en gran medida, del uso y forma de conducción de cada conductor. En forma general, se recomienda realizar un chequeo del sistema cada 30.000 km recorridos o al evidenciar alguno de los síntomas mencionados anteriormente.
Cambio de pastillas y control e inspección de discos, campanas y cintas (el cambio de estas piezas no está incluido en el valor del servicio).
Además ofrecemos el servicio de rectificación de discos de frenos, ideal para corregir vibraciones, ruidos o desgaste irregular, mejorando la eficacia y seguridad del frenado
